¡Ay Internet! Ese maravilloso lugar donde puedes desde reservar un fin de semana de lujo en las Islas Fidji hasta comprarte los calzoncillos que llevó Jim Carrey en “La Máscara”. Nos ha cambiado la vida por completo a la gran mayoría.
Y ese cambio también ha sido muy notable en el proceso que utilizamos para llegar a nuevos clientes y para dar a conocer nuestro trabajo a mayor cantidad de público.
Mucha competencia, ¿verdad?
Creo que no os descubro nada nuevo cuando os digo que hay muuucha competencia, ¿verdad?
Las redes sociales y YouTube son potentes herramientas que nos pueden hacer destacar y diferenciarnos de nuestra competencia. Pero está claro que cada vez se usan más, lo que hace que tengamos que sacarles el máximo partido para evitar ser “uno más” y no caer en el olvido.
Pues bien, a raíz de esto os quería hablar de algo que últimamente me está sorprendiendo bastante. Veo en redes sociales que muchas pequeñas o medianas empresas encargan vídeos para dar a conocer su marca, a agencias creativas y de marketing audiovisual especializadas, con unos medios increíbles (que si dron 4K por aquí, que si cámaras de cine por allá…) y oye… ¡eso es estupendo y genializoso!

Analicemos la palabra «Audiovisual»
Pero vamos a jugar a un juego. Analicemos esta palabra compuesta que puede que os suene: “Audiovisual”: la segunda parte, la de “visual” la tienen fetén (no sé si se sigue usando esta palabra en este siglo), pero, y aquí entramos en harina… ¿qué hay de la primera parte, la del audio y la voz? ¿Por qué últimamente se ignora? ¿Por qué creen que los subtítulos son una buena opción? (ojo, son un muy buen complemento). O peor aún, ¿por qué en un vídeo publicitario donde me tienes que enganchar en menos de un minuto, el encargado de contarme lo fantabulosos que son sus cursos sobre equitación y doma clásica es el mismo señor que le está dando una manzana al caballo? Que de caballos no niego que sabrá mucho, pero de transmitir y comunicar quizá se queda un poco corto.
Observo extrañado cómo lo de incluir la voz de un locutor profesional no está entre las prioridades en el proceso de producción de un vídeo corporativo de negocio. Y es que tenemos 5 sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato), pero sólo los dos primeros son canales de acceso a nuestro potencial cliente… ¿por qué no aprovechar al máximo esos dos de los que disponemos? ¡El audio es nada menos que la mitad!
Mediente la voz tu mensaje tendrá más fuerza
Mediante la voz, podrás expresar aquello que realmente quieres y tu mensaje tendrá mucha más fuerza: ¿quieres trasmitir la seriedad y compromiso que tiene tu empresa? ¿quieres captar a esos padres indecisos? ¿o incluso quieres… emocionar? La voz es esa parte no tan consciente y directa pero que puede ser la clave para conectar no sólo con la razón, sino también con corazón.